martes, 24 de enero de 2012

los sueños olvidados


Jean-Marie Chauvet buscaba cuevas porque era espeleólogo y eso hacen los espeleólogos. Eso hacía el 18 de diciembre de 1994 en los Alpes cuando lo sorprendió una brisa suave que salía de un pequeño agujero. Así, a causa de una casi imperceptible corriente de aire descubrió la caverna con las pinturas rupestres más antiguas conocidas hasta la actualidad. Ese hueco en la montaña había permanecido herméticamente cerrado por miles y miles de años. Desde su descubrimiento solo un reducidísimo grupo de científicos tenía acceso a sus maravillas.

Werner Herzog buscaba sueños que filmar cuando se enteró de la existencia de la Cueva de Chauvet por un artículo en la revista New York Times. Buscaba sueños que filmar porque eso hacen los Directores como Herzog. Herzog tuvo su brisa de papeles dando la vuelta.

La cosa es que el Director solicitó un permiso al gobierno francés para filmar el hueco en la montaña. El hueco y sus maravillas. El gobierno francés se lo otorgó con algunas restricciones: contaría con solo cinco días de acceso a la cueva, pudiendo permanecer en su interior solo cuatro personas hasta cinco horas por jornada, no podrían utilizar luces, ni tocar las paredes, ni nada que encontraran y solo podían caminar por un pequeño andamiaje montado por los científicos.

Herzog cobró solo un euro de honorarios y cedió todos los derechos de su película al gobierno francés y después hizo magia. Pero, para ser justa, si hizo magia fue porque 30.000 años antes otros señores habían hecho magia adentro de la cueva.

Y yo lloré todo el tiempo a causa de una emoción que no se muy bien de dónde venía. Los caballos más hermosos, la voz de Herzog intentando explicar lo inexplicable, la locura de quién se pasa la vida buscando hallazgos que cambien la historia, la locura de encontrarlos. El impulso humano de dibujar, de hacer marcas, de representar lo que está ausente. El paso del tiempo que convierte lo pasado en Ciencia Ficción, en la fantasía más fantástica de todas.

Vayan corriendo. Experiméntenla. Después me cuentan.