domingo, 30 de octubre de 2011

kit aniversario - al sorteo, al sorteo!!

Este blog ha cumplido un año, sí.
Lo del kit antichinadas tenía su razón de ser en ese momento.
Uno de esos momentos que necesitan de amuletos. El asuntito del desamor.
A la distancia por fin entiendo que en un año pasan infinidad de cosas. Una suerte.
Habrá que celebrar.
Aquí, entonces, el kit que armé para la ocasión.  
Para sortear entre los que manden un mail con su nombre o su seudónimo a cajitaantichinadas@gmail.com

Kit aniversario


Uno: un juguete
Porque adoro jugar. Porque adoro los juguetes. Porque no entendería nada de nada si cada tanto no me doy el gusto de comprarme alguno por más pavo y chiquitito que sea.


Dos: la música
Porque sí. La música porque sí.


Tres: boleto capicua
Porque ya no hay. Porque es horrible que ya no haya. Entonces, una tira entera de boletos para no olvidarlos, para que en algún lado siga habiendo.


Cuatro: un espantapesadillas
Para abajo de la almohada. Para no soñar cosas feas. Para ahuyentar fantasmas.


Cinco: algo rico
Lo que más les guste. Un helado. Una galletita. Un tentempie. Una frutilla. Y más juguetes, claro.


Seis: La fiesta
Para decorar un rico trago. Un rico trago de verano que ya llega. Para tomar en el balcón, o en el patio, o en la cama. Solo o en compañía. Con músiquita de fondo o en silencio. Así. Como les venga en gana.



Y todo eso junto y envuelto para regalo a un mail de distancia!!





sábado, 29 de octubre de 2011

bailar por bailar



I
Para Pina de Wenders. Quiero decir. Pero. El ejercicio de hacer pasar por las palabras una experiencia de cuerpo no deja de ser un esfuerzo absurdo y, entonces, un poco me resisto a perder lo que se pierde de lo visto, de lo sentido. Sin embargo. Quiero, igual. 
Lo que me captura es. ¿Cómo lo digo? Es que cada paso de baile, cada movimiento, hace existir ahí lo que no existe y el efecto es la belleza más absoluta. Una belleza impura e imperfecta (que son las bellezas más profundas y conmovedoras) Y uno queda mudo de algo distinto que de palabras. 
Sólo ojo. O sólo piel.
Y mientrás dura la película -en la oscuridad del cine- el tiempo y el espacio dejan de ser categorías que ordenan el universo porque, en realidad, no hay nada que ordenar.

II
En una fiesta bailo por bailar. Sin ningún otro propósito. Todo lo que dura cada canción. Tengo puesto un vestido blanco. Entiendo que es lo mejor que puedo hacer. Lo único que puedo hacer. Que es lo que mejor me sale en ese momento y eso me hace sentir contenta. Cómoda y contenta.

III
“Es posible vivir sin bailar. Se sabe de casos de gente joven que ha pasado muchos, muchísimos meses, sin asistir a bailes de ninguna clase, y no han sufrido por ello, al parecer, daño alguno corporal o anímico; pero una vez que se empieza, una vez que se siente, aunque sea por muy poco tiempo, la exaltación que producen los rápidos y rítmicos movimientos del baile, sólo personas con muy poca vitalidad se conforman y no piden más” Emma, Jane Austen.

lunes, 10 de octubre de 2011

lo que se deja fotografiar




Síntesis -no exhaustiva- alrededor de mi asuntito con lo femenino.
Lo que se puede mostrar.
Lo que se deja fotografiar.
De lo otro: no hay registro.
O quizás si (en algún lado al que no tengo total acceso, todavía)

martes, 4 de octubre de 2011

el lago de los cisnes - versión libre

El mismísimo Von Rothbart -“que nada tiene que ver con los Simpson”- me cuenta la versión más bella que escuché del Lago de los Cisnes.

Confiesa que, inicialmente, hubiese preferido ser un cazador pero, que en todo caso, peor hubiese sido ser el tonto de Sigfrido, porque nadie más que un tonto puede enamorarse de un pájaro siendo príncipe.

La cosa es que como Von Rothbart no puede soportar tanta belleza convierte a O. en cisne. Aunque es necesario aclarar que la O. no es en realidad la O. de Odette, es la O. de Oriana de tercer grado que suplanta a la verdadera Odette en los ensayos. La verdadera Odette, esa, está enferma y por eso falta: a los ensayos en particular y a la escuela en general.

Von Rothbart también se apena un poco porque parece ser que él no es el único Von Rothbart en esta historia. Está el Von Rothbart Caballero que viene a ser P. disfrazado de Von Rothbart disfrazado de Caballero. Al verdadero Von Rothbart (mi preferido, el que me cuenta la versión más bella que escuché del Lago de los Cisnes) también le hubiera gustado vestirse de Caballero pero intuye que no hubiera hecho a tiempo a cambiarse o que su mamá no hubiera podido comprarle dos disfraces o que en realidad en esta ópera hay pocos personajes y muchos compañeros.

Por otro lado, mi Von Rothbart, el verdadero, tiene una hija un poco tonta y bastante graciosa porque algo le hace a su padre que tiene que ver con las cosquillas pero la verdad es que este punto permanece aún más bien oscuro, inexplorado.

Resumiendo, el Von Rothbart del que les hablo muere porque era la forma que encontraron para resolver el asunto del hechizo. Pero, en la batalla final, hay pelea con espadas y es grandiosa (épica)