viernes, 24 de diciembre de 2010

horóscopo chino por sms



Le digo que creo que me levanté con ganas de llorar. Digo eso. “Creo que me levanté con ganas de llorar”. Digo medio dormida pero no. No lloro. En cambio, empiezo el día. Temprano. Muy. No me molesta llorar. No es eso. Es que creer tener ganas no es lo mismo que tener ganas que no es lo mismo que las ganas en sí, imagino.

El día empieza y al rato un mensaje de texto dice: “La angustia va a durar poco y le dejará paso a una breve tristeza. Más tarde vas a poder mirar desde un lado menos ansioso lo bueno que te sucede” Le contesto que parece Ludovico y nos da risa. Dice que está pensando en ganarse la vida escribiendo horóscopos desde su casa. Eso sí, horóscopos lacanianos.

Y después no puede parar.

“Se aproximan tiempos de tramitaciones lentas y angustiosas por responsabilidad de un Plutón perverso. El ideal del yo y el yo ideal parecen confundirse en uno solo. Los fantasmas agitados por la Luna traen sensaciones imaginarias de debilidad física. Aumente la frecuencia sexual. Venus propone una linda transferencia”

“Atención las Escorpianas con esa idea omnipotente de manipular la falta. Los impulsos profundos y oscuros que las guían deben resolverse en un plano simbólico únicamente, al menos hasta fin de mes”

“Los Geminianos deberían llevar a lo real la distancia con su madre. Cáncer en casa ocho insiste con invadir”

“Los librianos se dejan llevar por un Aries deseante y autorizante. Dejan de dudar para accionar desde lo esencial del ser. La mirada metamórfica de un otro neptuniano confuso, se diluyo. ¡Ojo con Saturno y el exceso de ingenio!”

“Saturno restringe el deseo y despliega la ley de manera excesiva. Regular es también una acción suya. Se recomienda para las Arianas histéricas identificadas con un Marte sano, encontrarse con el goce erótico sin demoras”

Y cuando empiezo a creerle, le suplico: “¿Y capricornio? ¿Caaaapricoooornioooo?”

“¡Ah! Capricornio. La compulsión al liderazgo algo amazónico (y su contracara solitaria y feminista) embarra la cancha debido a la influencia del un Sol agobiante y desmedido que masculiniza su potencial. Se pierde el encanto femenino de faltar a la cita hacia principios y mediados de mes. Atención con las adicciones”



Mientras tanto en algún viaje por la ciudad a fines de diciembre, puede leerse:

“-¿No entiende aún, Genry, por qué perfeccionamos y practicamos la profecía?

-No

-Para mostrar que no sirve de nada una respuesta cuando la pregunta está equivocada.

Reflexioné un rato, mientras caminábamos juntos bajo la lluvia y las ramas oscuras del bosque de Oderhord. La cara encapuchada de Faxe parecía fatigada, y tranquila. La extraña luz se había apagado, y sin embargo yo sentía aun un temor respetuoso. Faxe me miraba con ojos claros, cándidos, amables y me miraba desde una tradición de trece mil años de edad: un modo de pensar y un modo de vivir tan antiguo, tan firme, integro y coherente que daba a un ser humano la capacidad de olvidarse de sí mismo, el poder y la integridad de un animal salvaje, una criatura que mira a los ojos de un eterno presente.

-Lo desconocido -dijo la tranquila voz de Faxe en el bosque-, lo imprevisto, lo indemostrable… el fundamento de la vida. La ignorancia es el campo del pensamiento. Lo indemostrable es el campo de la acción. Si se demostrara que no hay Dios no habría religiones. Ni handdara, ni yomesh, ni dioses tutelares, nada. Pero si se demostrara que hay Dios tampoco habría religiones. Dígame, Genry, ¿qué se sabe? ¿Qué hay de cierto en este mundo, predecible, inevitable, lo único cierto que se sabe del futuro de usted, y del mío?

-Que moriremos

-Si. Sólo una pregunta tiene respuesta, Genry, y ya la conocemos. La vida es posible sólo a causa de esa permanente e intolerable incertidumbre: no conocer lo que vendrá.”



Eso, Felices Fiestas.

viernes, 10 de diciembre de 2010

viajes chinos y felicidades estúpidas

Diciembre, Buenos Aires y de a ratos un cansancio infinito. Pensaba que viajar en medios de transporte públicos así, sumergida en estas coordenadas se le parece al infierno.
Entonces, hasta que finalmente pueda teletransportarme y gracias a un Sr. que en la línea A husmeaba en su celular con una lupa de inspector, va el listado de las cosas que me hacen estúpidamente feliz cuando viajo:
Gente que hace rollitos alargados con los boletos y los engancha en sus anillos del lado de la palma de la mano.
Tapas de los libros de otros pasajeros luego de contorsionarme para alcanzar a verlas.
Conversaciones ajenas levemente truculentas.
Lo que se ve del otro lado de las ventanas de pisos lujosos de la Avda. Libertador.
Vendedores ambulantes de subte, principalmente los de stickers.
Letras rojas hipnotizantes del Infotrans y descubrir todo lo que se puede hacer con puntitos.
Transformar mi mundo por un rato en un mundo hecho de puntitos luminosos.
Mensajes de texto ajenos levemente truculentos.
Dormirme y soñar con algo absurdo.