viernes, 10 de diciembre de 2010

viajes chinos y felicidades estúpidas

Diciembre, Buenos Aires y de a ratos un cansancio infinito. Pensaba que viajar en medios de transporte públicos así, sumergida en estas coordenadas se le parece al infierno.
Entonces, hasta que finalmente pueda teletransportarme y gracias a un Sr. que en la línea A husmeaba en su celular con una lupa de inspector, va el listado de las cosas que me hacen estúpidamente feliz cuando viajo:
Gente que hace rollitos alargados con los boletos y los engancha en sus anillos del lado de la palma de la mano.
Tapas de los libros de otros pasajeros luego de contorsionarme para alcanzar a verlas.
Conversaciones ajenas levemente truculentas.
Lo que se ve del otro lado de las ventanas de pisos lujosos de la Avda. Libertador.
Vendedores ambulantes de subte, principalmente los de stickers.
Letras rojas hipnotizantes del Infotrans y descubrir todo lo que se puede hacer con puntitos.
Transformar mi mundo por un rato en un mundo hecho de puntitos luminosos.
Mensajes de texto ajenos levemente truculentos.
Dormirme y soñar con algo absurdo.

3 comentarios:

  1. Los misterios propios de lo que hacen los demás durante los viajes, son apasionantes, a mi me llaman la atención el equilibrio de los que operan ágilmente sus celulares, paradso, y las que se maquillan, aparentemente de modo hábil mientras viajan

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  2. ALTO. Llegar a leer un mensaje de texto ajeno me parece una exageración. Fuera de que me hizo reír. La conversaciones ajenas me llevan a un estado de DESYOISMO fantástico. Chau

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  3. Maquillarse sobre algo en movimiento es una operación digna de Houdini, leer mensajes de texto ajenos sin ser descubierta también. Suelo hacer ambas cosas, no juntas claro!

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