Un balneario detenido, suspendido en algún punto del tiempo y del espacio. En algún punto dulcemente melancólico del tiempo y el espacio. Unas gordas en bermudas que te abducen si te distraes. Unas gordas y yo. Y todo el tiempo del mundo en algún punto del espacio para leer sin fatigarme. Eso. Después de todo, es lo que hago desde niña cada vacación. "Hacer siempre lo mismo esperando resultados diferentes es la neurosis" me contaron que le dijo el guardavidas de la pile de Fran a Fran. En el balneario en suspenso, en ese, no hay guardavidas y quizás yo haga siempre lo mismo porque me gusta o porque me pica.
El balneario en puntos suspensivos es adorable y somnífero a la hora de la siesta. El hombresiestabducidor como las gordas pero encantador, claro. Tormentas de arena también hay y tres elefantitos africanos dibujados que ojalá fuesen míos para poder regalárselos a alguien que los necesite mucho, que los necesite en serio, que sea cosa de vida o muerte. Y mil veces la canción de Marco Antonio Solis en la radio del locutor con voz nasal del balneario congelado. "No hay nada más dificil que vivir sin ti" a grito pelado y muerta de risa.
Y "Que grosa Romina Paula lo que hizo con esa canción en el Tiempo todo entero"
De vuelta en Buenos Aires, buscando otra cosa, me encuentro con Romina Paula y ella en ciento veinte páginas me rompe el corazón con sutileza cirujana:
"De haber sabido que no era posible reencarnar siempre en uno mismo, no me hubiera sentado en el baúl del auto, ni pintado los labios de la muñeca de plástico con marcador naranja en el pequeño jardín de adelante"
Ni me hubiera cortado el flequillo cuando tenía ocho o nueve años, ni hubiera roto el Donkey Kong Jr. para ver cómo era por adentro, ni lo hubiera querido tanto.
"Creí que sabias que yo sí valoro las palabras, no sólo las valoro sino que las recuerdo y las colecciono, las colecciono y las cuido, cuido de ellas y por eso te pediría que en ocasiones futuras recurras a ellas con más cuidado, con muchísimo recaudo, porque si no pesan, pesan sobre nucas cual quilates de ansiedad, ansiedad y atropello y un cariño tan pero tan atropellado"
Aunque quizás no fue Romina Paula, quizás fue alguna otra cosa, algo que pasó mientras dormía.
Atropello sin pedir nada, ni siquiera permiso... tan solo un sonido mudo que recorrio mi superficie y se arremolino en la boca del estomago, ahi donde se escucha sintiendo lo que no dice ninguna palabra, y enredo tambien lo que escapaba del gorro verde.
ResponderEliminarNo hubo palabras, ni las de coleccion ni las que se pesan como perlas o veneno...no hubo mas que un soplido intenso que desvio mi cuerpo y me hizo cosquillar en equilibrio inseguro...
Era siempre lo mismo. Pero ahi, esa vez, se hizo nuevo, o ya yo no era, sino otra?
La masa gigante de piedra y lava sonrio y detuvo un instante tanto bochinche.Y llegaron las palabras:lo mas terrible se aprende enseguida, lo hermoso nos lleva la vida...
Otra vez desordenando paradigmas. Que suerte que tengo de tenerte!
ResponderEliminarmi balneario tiene eso: te pone en escena. la que no te esperás. pero te deja dormir y dormir para poder soñar y soñar.
ResponderEliminarvos escribis cada dia mejor. lo que me hace pensar en Jorge Luis Borges, tu prejuicio. escribir es leer. y como lees tanto...
unos gastan fortunas para no pensar, yo me voy al balneario ese.
qué sentido tiene hacer tanta fuerza para timonear. poco.
ese fuego fatuo me lo apaga dulcemente el viento de la costa. y el ruido y la furia del mar. una fábula contada por un idiota.
tu balneario es inolvidable. me voy a la cama a leer tu regalo o a exorcizar prejuicios. después te cuento.
ResponderEliminarPorque el valor de la palabra es muy importante para vos, el blog tenía que reniciarse, y me alegra mucho que haya ocurrido, estoy haciendo un nuevo intento de dejar este mensaje porque, hasta ahora, no he podido.
ResponderEliminarAnakin Sky Walker