En el consultorio de mi analista, una frase: "Para tantos años de análisis, bueno, el asuntito de lo femenino, mmmhh". Quiero replicar: "Bueno, en todo caso, lo femenino no es precisamente un asuntito" pero en lugar de eso me despierto. O quizás lo de la réplica fue después, con el eco de la frase entre las sábanas pero ya despierta. No sé.
(Carla me presta un libro de kimonos que devoro. Un kimono se confecciona sin ninguna pérdida de tela, así, sin ningún desecho, sin desperdicios, sin restos)
Y cuando llegó el momento de hablar del sueño en el consultorio real (real?) una cosa llevó a la otra y no es tan importante cómo (o si) dije "desmayo" y mucho mucho más tarde "espera".
"Lo que acaricia una mano, digno órgano acariciante, no es sólo otra mano, sino que acaricia la propia caricia del otro. Al acariciarse recíprocamente las caricias, las dos personas se sienten transportadas en un estado de embriaguez que únicamente puede tener su origen en los sueños infantiles o en alguna vida anterior. Entrecruzadas, las líneas que permiten predecir el destino, tienden a la lejanía hasta encontrarse en la infinitud de las estrellas" La eternidad no está de más - F. Cheng
Y entonces me paso casi todo un fin de semana recortando y dibujando y después escribiendo y más tarde volviendo a dibujar. Geishas con cositas en la cabeza. Cositas y Geishas. Y mi casa plagada de minúsculos papelitos blancos residuales, exactamente lo contrario a la historia de los kimonos.
Y el asuntito ahi. A veces agotador y otras inquietante.
nada es residual en el arte. y todo es residual en el arte.
ResponderEliminarquizá lo deseado deja paso a lo necesario.
el arte es una forma de desasirse del deseo.
el sin desperdicio del kimono podría sonarnos a sin falta, a nosotros los occidentales. pero no seamos tan occidentales para creernos dueños de un simbólico universal. en todo caso en lo completo estará lo sagrado.
y lo femenino, como valor absoluto, merece tratamiento de sagrado.
todo me interpela esta semana, en ese contexto creo que lo deseado y lo necesario son unas vacaciones, lejos. y para colmo de males, ultimamente, me siento más occidental que nunca, con lo que me gustaría ser japonesa!
ResponderEliminarMe gusta el juego: una "cosa para usar" -el kimono- no tiene restos pero sí agujeros y los obis...tantas formas de anudarlo como significaciones (orientales por supuesto). ¿Sabías que su peinado -uno de ellos- esos que se hacen con cera caliente se llama "hendidura de melocotón"?,y se ha dicho que la Geisha "encarna una mujer de sueño", yo diría que es una bella manera de soñar lo femenino, ese "asuntito"... pajaritos en la cabeza.
ResponderEliminary jaulas chicos, también jaulas
ResponderEliminarAcuerdo con el problema del psicoanálisis:lógica de pensamiento tomada!
ResponderEliminarEuge, japonesa no se puede ser, pero si tratarse como japonesa. Creo que sí a veces, hacés un tratamiento (de las cosas) japonés.