domingo, 4 de diciembre de 2011

joss paper 金纸

Barrio Chino, domingo, casi verano, media tarde. Compro feliz una caja dorada de papelitos. La variedad es inmensa. Lisos y dibujados. Diferentes texturas. Troquelados. Envueltos. Sueltos. Y cuando digo “feliz” digo lo más feliz que quiero ser en ese momento.

Voy saliendo del negocio y me detengo a preguntar lo que hubiera podido preguntar mil veces en iguales circunstancias y que nunca pregunté mas por pudor que por falta de curiosidad:

Yo: -¿Para qué sirven?
Sr. Chino: -Para quemarlos
Yo: -¡¿Todos?!
Sr. Chino: -Cada uno

Y al impacto, le sigue una felicidad más inmensa. 

Poseer algo sólo a condición de saber que su reverso es la pérdida y estar tranquila, tranquila y contenta con eso.



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